Descripción
Todos los temas que caen dentro del ámbito de la Teología Bíblica son prácticos, porque el mensaje de la Revelación -desde la noción de Dios hasta el estudio de “las últimas cosas”- es “doctrina de vida” y destinada a suministrar una “nueva vida” por la acción del Espíritu, y a vivificar toda la “praxis” de una persona ya regenerada. Pero hay dos materias especialmente prácticas: la Ética Cristiana que, por definición, se refiere a la conducta del creyente, y las Doctrinas de la Gracia, de las que vamos a tratar en el presente volumen.
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Las doctrinas de la gracia son, pues, doblemente prácticas: 1) por formar parte del mensaje de salvación; 2) por afectar en su cercanía más próxima a la experiencia personal de cada uno de nosotros. No se trata aquí de penetrar en el conocimiento del Dios trascendente, que puede parecer lejano a nuestros quehaceres y problemas de cada día. Se trata del diálogo salvífico que Dios, libremente y por pura gracia, ha comenzado con nosotros, a través de Jesucristo, y de la respuesta personal que en nosotros se origina en virtud de esa gracia y por el poder del Espíritu vivificante. Se trata, en una palabra, de la aplicación que Dios hace a cada uno de los que se salvan, del poder reconciliador de la obra de Cristo, mediante la energía del Espríritu.
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Por tanto, si toda la Teología es enseñada para ser vivida, con mayor razón hemos de estar dispuestos a vivir las enseñanzas de este volumen, todas ellas destinadas a descubrirnos, desde la Palabra de Dios, el origen, la naturaleza y el glorioso destino de esa “gracia” que es la vida espiritual: Cristo viviendo en nosotros por la comunicación y el poder de su Espíritu.
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