1 Pedro 3:18
Teología viva.
Cristo mismo sufrió por nuestros pecados una vez y para siempre…
Si quisiéramos presentar el evangelio en una solo frase sin duda este es un excelente versículo que muestra el corazón del Cristianismo. Pero… ¿te has puesto a pensar cuál es el significado de este versículo en su contexto?
“Porque Cristo murió por los pecados una vez por todas, el justo por los injustos, a fin de llevarlos a ustedes a Dios. Él sufrió la muerte en su cuerpo, pero el Espíritu hizo que volviera a la vida.”
1 Pedro 3:18.
Una de las características de las cartas del Apóstol Pedro es que son muy practicas y al mismo tiempo profundamente teológicas.
En la sección donde se encuentra este versículo (3:8-22) el Apóstol está llamando a los creyentes a vivir de una vida que refleje el evangelio en su trato con el mundo. Los cristianos según el Pedro en vez de responder mal por mal deben actuar con amor y gracia con el propósito de que Dios sea glorificado entre los no creyentes.
Si bien, Pedro exhorta a tener este tipo de vida ejemplar, no lo hace de una forma idealista, sino que clara y honestamente presenta el sufrimiento como un posible resultado de ella.
El Apóstol lo llama “sufrir por causa de la justicia” v14 o “el sufrir por hacer el bien” v17 y lo contrasta con el sufrimiento por hacer el mal, lo que en otras palabras sería sufrir de una manera merecida. Por lo tanto, lo que tenemos en la exhortación del Apóstol es un llamado a vivir una vida marcada por el evangelio, lo que significa estar dispuesto a sufrir de una manera inmerecida o injusta con el único propósito que las personas tengan una relación con Dios a través de Jesús.
¿Pero qué tiene que ver este “sufrimiento injusto” con la muerte de Jesús?
En el v 18 El Apóstol afirma que “Jesús murió en la cruz para pagar de una vez por todas los pecados,” he inmediatamente, agregar la frese “el justo por los injustos.”
El corazón del evangelio es la justificación. Dios perdona a los pecadores pero al mismo tiempo permanece justo y lo logra sustituyendo nuestra injusticia con la justicia de Cristo. Es por eso que Jesus muere en la cruz. Jesús murió no por sus propios pecados, puesto que Jesús no tuvo pecado, sino que murió por los pecados de otros. En ese caso Jesús, el justo, murió por nosotros los injustos porque voluntariamente él cambió su justicia nuestra injusticia.
Esto significa que Jesús no tenía que sufrir la muerte en la cruz, pero él escogió hacerlo para darnos la salvación, lo que en las palabras de Pedro sería sufrir por la justicia, o sufrir por hacer el bien.
Por lo tanto, nosotros ahora somos llamados a imitar a nuestro salvador, al no pagar mal por mal sino a negarnos a nosotros mismos, a estar dispuestos a sufrir calumnias, mofas e incluso persecución por testificar acerca de la esperanza en Jesús, reflejando de esta manera el evangelio en nuestras vidas.